Die Begierden verdunkeln und blenden die Seele
1 Als Drittes fügen die Begierden der Seele Blendung und Verdunkelung des Verstandes zu. Wie Dünste die Luft verdunkeln und die Sonne nicht hell leuchten lassen; oder wie ein getrübter Spiegel das Antlitz nicht rein aufzunehmen vermag; oder wie sich in schlammigem Wasser die Züge des Hineinblickenden nicht unterscheiden lassen, so ist die von Begierden eingenommene Seele im Verstande derart verfinstert, daß weder die Sonne der natürlichen Vernunft, noch die der übernatürlichen Weisheit Gottes Raum finden, um einzudringen und sie hell zu erleuchten. David sagt zu diesem Gegenstande: Comprehenderunt me iniquitates meae, et non potui, ut viderem. -Meine Missetaten haben mich überwältigt, find ich kann nichts mehr sehen (Ps 39, 13).
Johannes vom Kreuz, Empor den Karmelberg, Einsiedeln (2003)
Übertragung von Oda Schneider
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CAPÍTULO 8
En que se trata cómo los apetitos oscurecen y ciegan al alma.
1. Lo tercero que hacen en el alma los apetitos es que la ciegan y oscurecen. Así como los vapores oscurecen el aire y no le dejan
lucir el sol claro; como el espejo tomado del paño no puede recibir serenamente en sí el rostro; o como (en) el agua envuelta
en cieno, no se divisa bien la cara del que en ella se mira; así, el alma que de los apetitos está tomada, según el entendimiento
está entenebrecida, y no da lugar para que ni el sol de la razón natural ni el de la Sabiduría de Dios sobrenatural la embistan e
ilustren de claro. Y así dice David (Sal. 39,13), hablando a este propósito: Comprehenderunt me iniquitates meae, et non potui, ut
viderem, que quiere decir: Mis maldades me comprehendieron, y no pude tener poder para ver.
En que se trata cómo los apetitos oscurecen y ciegan al alma.
1. Lo tercero que hacen en el alma los apetitos es que la ciegan y oscurecen. Así como los vapores oscurecen el aire y no le dejan
lucir el sol claro; como el espejo tomado del paño no puede recibir serenamente en sí el rostro; o como (en) el agua envuelta
en cieno, no se divisa bien la cara del que en ella se mira; así, el alma que de los apetitos está tomada, según el entendimiento
está entenebrecida, y no da lugar para que ni el sol de la razón natural ni el de la Sabiduría de Dios sobrenatural la embistan e
ilustren de claro. Y así dice David (Sal. 39,13), hablando a este propósito: Comprehenderunt me iniquitates meae, et non potui, ut
viderem, que quiere decir: Mis maldades me comprehendieron, y no pude tener poder para ver.
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